He cambiado mucho, pero nunca he alcanzado el grado de perfección que habría deseado.
Me he asignado demasiadas normas y he querido seguirlas todas a la vez. No tengo fuerzas suficientes.
¡Ay! Qué difícil es para un hombre mejorar cuando sólo tiene malas influencias.¿Llegará algún día en que ya no dependa de las circunstancias? A mi entender, la perfección consiste en eso.
Mi principal error es que he confundido el perfeccionamiento con la perfección. Hay que empezar por conocerse bien a uno mismo, conocer sus defectos e intentar corregirlos, en lugar de proponerse como meta la perfección, que no sólo es imposible de alcanzar en un punto tan bajo como en el que estoy, sino que te priva de toda esperanza de poder alcanzarla.
Estoy firmemente decidido a dedicar mi vida al prójimo. Me lo digo por última vez: si en tres días no hago nada por los demás, me mato.
Diario de León Tolstói. 1847
No hay comentarios:
Publicar un comentario